En las profundidades de Palenque, Chiapas, se esconde un enigma que ha desafiado a la ciencia y la imaginación: la Tumba de Pakal el Grande, el rey maya cuyo legado sigue generando preguntas. Desde su descubrimiento en 1952, su sarcófago tallado ha sido objeto de teorías radicales y debates interminables. En Voz Maya, te revelamos por qué este hallazgo arqueológico es clave para entender la cosmovisión de una civilización perdida. ¿Listo para el viaje?
La Controversia del “Astronauta Maya”: ¿Realidad o Ficción?
El término “astronauta maya explicación” surgió en los años 60, cuando investigadores señalaron que la posición de Pakal en su sarcófago parecía representar a un humano operando una nave espacial. La figura, rodeada de símbolos celestes y serpientes estilizadas, muestra al gobernante en un viaje hacia lo desconocido. Aunque los arqueólogos descartan teorías extraterrestres, reconocen que la iconografía alude a su ascenso al inframundo (Xibalbá) y su renacimiento como deidad.
Simbología Oculta en el Sarcófago de Pakal
La tapa de la tumba pesa más de 5 toneladas y está tallada con precisión milimétrica. Entre sus detalles, destacan el Árbol del Mundo (Wacah Chan) y criaturas mitológicas como el Jaguar del Sol. Curiosamente, la “astronauta maya explicación” se basa en la postura reclinada de Pakal, que algunos interpretan como un piloteo tecnológico. Sin embargo, estudios recientes vinculan esta pose con rituales de transición cósmica, comunes en los Rituales Mayas Durante Eclipses, donde los gobernantes mediaban entre el cielo y la tierra.
Palenque y Otros Enigmas Arqueológicos
Mientras la Tumba de Pakal el Grande atrae miradas, sitios como la Pirámide de Nohoch Mul en Cobá revelan que los mayas dominaron la ingeniería sagrada. Estas estructuras, alineadas con eventos astronómicos, refuerzan la idea de una civilización obsesionada con el cosmos. ¿Fue Pakal un viajero estelar o un chamán conectado con lo divino? La respuesta podría estar en sus códices perdidos.